Colaboradores

1 comentario:

  1. Cada uno debe encontrar sus propias razones para tener un jardín o dedicarse a la tarea de cuidar un huerto. Da igual si vives en el campo o en la ciudad, de hecho, cualquier inconveniente tiene una forma creativa de ser resuelto. La superación de esas pequeñas dificultades que puedan surgir por el camino, le dará mayor aliciente a tu objetivo. Quizá seas de esas personas que piensan que para empezar cualquier empresa se requiere antes que nada, un desembolso de dinero importante. Nada más lejos de la realidad. De hecho, lo más divertido de esta experiencia es que pone a prueba tu creatividad. A partir de hoy, os iré contando mis progresos en mi huerto urbano.

    Lo cierto es que hasta hace dos años cualquier vegetal que entraba en contacto con mi persona fallecía sin remedio. Pero poco a poco, con paciencia y mucho ensayo-error, he ido aprendiendo los cuidados básicos para procurar una vida media a mis plantitas. Al final como todo lo que tiene que ver con el cuidado y el cariño, el aprendizaje real, el efectivo, es el que viene de la intuición.
    Mi experiencia comenzó a partir de uno de esos anuncios dominicales del Lidl, en concreto, un anuncio de semillas, semilleros, abonos, etc... a precios asequibles. Ahí me fui yo con mi carrito y me hice con un par de semilleros y unos cuantos sobres de semillas. Pura terapia ocupacional. Planté, regué sin esperanza pero con mimo, y un buen día brotaron unas hojitas verdes, que se fueron convirtiendo en plantitas que pude transplantar, y que hoy en día se han transformado en tres tomateras de medio metro cada una( aún no dan tomates pero como son de la variedad "moneymaker" entiendo que con esta crisis estén asustados). Si uno no tiene a priori una mentalidad "verde" este tipo de acontecimientos adquieren la categoría de milagro. Y claro, cuando esto ocurre, cuando uno "da vida" por primera vez, se convierte ipso facto en una suerte de Doctor Frankestein vegetal deseoso de alcanzar metas más ambiciosas. Y así fue cómo poco a poco empecé a trasplantar, abonar, leer y practicar, hasta que la jardinería se convirtió para mí en la afición que es hoy. Una terapia que me relaja, me divierte y me aporta muchas satisfacciones.

    Decidida a montar mi primer cajón de cultivo fui poco a poco reuniendo los materiales. Las grandes superficies ya han detectado esta práctica y exponen en la zona de jardinería delirantes estructuras con todo el equipamiento. Son cajones preciosos, resistentes y bastante caros. Seamos sinceros, plantar y regar no es la parte más divertida del proceso. Todo lo accesorio es lo que puedes convertir en algo divertido. Por ejemplo, yo he utilizado un pack de 10 láminas de madera para montar un friso (esas maderas que se ponen para tapar humedades), que me costó menos de 10€ para hacer el borde del cajón. Para el suelo, utilicé tela asfáltica (el rollo de 11 metros me costó 10 euros) pero tonta de mí, descubrí más tarde que las famosas bolsas azules de Ikea se pueden usar igualmente como base para el sustrato. Con estos dos elementos y unos clavos, tornillos o lo que sea que tengas a mano para mantener fija la estructura ya puedes pasar a la siguiente fase: llenarlo de tierra.
    En cuanto a la tierra más de lo mismo. En Lidl en épocas de siembra (septiembre y abril) venden unos sacos de tierra mega ecológica, aireada, con coco, madera y lo que puedas imaginar por tan sólo 2 euros!!! Una bolsa similar de sustrato universal te costará unos 8, 50 € en un chino. Recuerda: EN CUESTIÓN DE TIERRA EL TAMAÑO DE TU HUERTO IMPORTA. CUANTO MÁS GRANDE SEA EL HUERTO, MÁS "DE TODO" NECESITARÁ. Así que te recomiendo que vayas poco a poco y aprendas de los errores de otros : (

    Una vez tengas todos estos materiales ya puedes pasar una mañana de sábado montando tu cajón de cultivo. Piensa que quizá no consigas plantas pero tendrás un moreno otoñal de lo más seductor.

    ResponderEliminar

Tu opinión cuenta, dinos que piensas!